¿Y si tu casa en Madrid estuviera justo donde todo sucede… pero sin perderte en el ruido?
Bajas a la calle y Madrid te lo pone delante: la Plaza del Dos de Mayo, cafés que huelen a libros ya leídos, música que aparece sin aviso, mercados que siguen latiendo como antes. Todo está ahí, a un par de pasos. O a uno, si caminas con ganas.
Pero lo más inesperado ocurre al volver.
Este piso, que en el plano figura como interior, guarda una excepción feliz: la luz. Una luz que entra como si nadie le hubiera dicho que no podía. El tercer piso (sin ascensor, perfecto para tachar el gimnasio de la lista) se abre a un patio amplio, silencioso y sin obstáculos. Nada de huecos cerrados ni de patios ahogados. Aquí hay cielo. Y eso, en pleno centro, es casi un privilegio.
Dentro, todo encaja:
- Una zona de estar cómoda, con cocina integrada y bien pensada.
- Un baño completo, separado.
- Y una cama que no solo invita al descanso, también esconde media vida con discreción.
- Aire acondicionado para los veranos intensos. Ventanas que se abren a un tipo de silencio que en Malasaña casi no se encuentra.
¿Vas a vivir aquí? Puede.
Pero más que eso, vas a ser parte del centro, sin tener que soportarlo.
Vas a salir sin intención de nada… y volver con algo que contar.
Solo falta que alguien lo llame hogar.
Requisitos:
Para asegurar una estancia tranquila y sin contratiempos, se solicita un estudio de solvencia.
Los interesados deberán aportar contrato de trabajo, DNI o NIE, y las dos últimas nóminas.
A la entrada será necesario aportar 1 mes de fianza y 1 de garantía adicional.